martes, 5 de noviembre de 2019

Ama y Haenyeo, las mujeres buceadoras de Asia


La tradición japonesa asegura que la actividad de sus buceadoras ama (“mujeres del mar”), también llamadas uminchu o kaito (según la zona) tiene más de 2.000 años de antigüedad, y que su existencia ya consta en el Gishi Wajinden, escrito en el 286 aC. En Corea, el buceo de las mujeres haenyeo está registrado desde el año 434.

La actividad nació cerca de la costa mientras sus maridos pescaban mar adentro. Recogían holoturias, abulones, caracolas, algas, las secaban, las vendían en el mercado, decidían el precio, eran independientes y respetadas. Fueron un pilar de la economía del país: en la década de 1960 trabajaban en las costas de Japón y Corea unas 30.000 buceadoras.

La leyenda asegura que las buceadoras ama fueron en su origen gitanos marineros. En los años 50, el fotógrafo Fosco Maraini realizó un largo reportaje sobre sus actividades, su día a día y sus habilidades, en una colección que sigue siendo un referente único. Vinculadas posteriormente a la recolección de perlas, su aureola de adaptación añadía un valor romántico a las joyas.

Texto completo en la sección Cajón de Buzo de la edición 200 de la revista Acusub. Para descargarla libremente: Acusub 200



miércoles, 11 de septiembre de 2019

¿Por qué el mar es salado y azul?


El mar, azul y salado, se llena con el agua de los ríos, pero esa agua es dulce y transparente. Algunas veces se dice que es azul porque refleja el cielo. Es justo lo contrario, el cielo (la atmósfera) es transparente o blanquecina, dependiendo de su proporción de nubes, y su color azul refleja el de los mares y océanos,  la gran masa de agua que cubre las tres cuartas partes de este planeta.
En el agua del mar se encuentran todos los minerales y sales de la corteza terrestre, y esa es una de las causas de su salinidad y su color.  El agua del mar es transparente. La luz del sol se ve blanca por la suma de todos los colores que la componen, cada uno con su distinta frecuencia de onda. Los objetos que vemos tienen un color concreto porque reflejan esa frecuencia de onda y no las demás. Como el agua de los ríos circula permanentemente, la proporción de minerales y sales disueltas es pequeña dentro de su caudal. Al llegar al cauce marino frena su velocidad, lo que añadido a la evaporación por el sol hace que hayan ido aumentando su concentración paulatinamente desde que se formaron, hace más de 4.000 millones de años.

Texto completo en la sección Cajón de Buzo de la edición 199 de la revista Acusub. Para descargarla libremente: Acusub 199





Los barcos de la sal


La sal, además de ser un condimento alimenticio, es un conservante, curte carnes, pescados y verduras y permite su conservación durante mucho tiempo. Esas propiedades la convirtieron en un elemento muy valioso, de precio elevado y cuyo comercio existió en todas las épocas.
 
Muchos pueblos pesqueros han realizado tradicionalmente labores de conserva en sal con una parte de la pesca, para poder disponer de alimentos fuera de temporada o para comerciar con otros pueblos.

Sin embargo, la mayoría no tenían ni el clima ni el espacio adecuado para poder obtener directamente la sal de su costa. Y nació el comercio de la sal. Las salinas de Alicante e Ibiza abastecían a todos los pueblos costeros que tuvieran industrias de conserva o salazón.  Y desde esos puntos se redistribuía a los pueblos de interior.

Los barcos de la sal de las salinas de Torrevieja (Alicante) llegaban todos los años a la costa cantábrica. Arribaban a Santoña con toneladas de sal a granel en las bodegas, que eran descargados en los muelles mediante poleas y calderos con capacidad de 500 kg. Era una maniobra arriesgada, porque si la sal no había quedado repartida uniformemente dentro del caldero, éste podía desequilibrarse y volcar, provocando accidentes.

La sal era transportada en carros tirados por caballos hasta las fábricas de anchoa. Transportaban dos tipos de sal: gruesa, para la preparación de la salmuera, y fina, para la salazón. 

Texto completo en la sección Cajón de Buzo de la edición 198 de la revista Acusub. Para descargarla libremente: Acusub 198



domingo, 14 de julio de 2019

Periodista a bordo: hundir el Georges Philippar



Los años 30 del siglo veinte fueron una época convulsa. La información llegaba a la gente a través de los medios, y a éstos a través de diversos canales. Los periodistas ejercían su oficio como mejor podían o con la ayuda de personas dispuestas a contar algún delito a cambio de algún beneficio.

En este ambiente se movía el periodista francés Albert Londres, nacido en Vichy en 1884. Hombre de principios, fue muy crítico con el colonialismo de la época y sus abusos, como las condenas a trabajos forzados, que consideraba inhumanas. Sus textos siempre fueron comprometidos, con un estilo irónico y mordaz; publicados como pequeños libros tuvieron mucho éxito y llegaron a causar efecto en algunas esferas de poder.

Siguiendo sus investigaciones estuvo un año en Indochina, buscando información sobre la trata de blancas, la esclavitud colonial y el tráfico de armas. Consiguió la suficiente como para crear un gran revuelo en París, y estaba amenazado de muerte. Volvía embarcado en el Georges Philippar cuando un extraño incendio consumió el barco. Nunca se encontró su cuerpo ni sus documentos. 

Los amigos que viajaban con él, a los que había entregado algunos papeles, sobrevivieron al naufragio pero fallecieron en un extraño accidente del avión privado (enviado por el diario con el que colaboraba Londres) que los llevaba de vuelta a París. Se habló de sabotaje, nunca quedó aclarado y al día de hoy todavía hay investigadores  buscando las tramas de los grandes señores de la guerra….

En recuerdo a su trabajo y como pequeño homenaje, el dibujante belga Hergé creó el personaje de Tintín inspirado en sus aventuras y sus descubrimientos. 

Texto completo en el Cajón de Buzo de la edición 197 de la revista Acusub 197: Acusub 197



domingo, 23 de junio de 2019

Pescado seco


Antes de que existieran congeladores y frigoríficos combi, la gente de la mar sometía sus capturas a secados, salmueras y distintas formas de conservación para poder disponer de comida guardada en tiempos de escasez. El paso siguiente era inventar la forma de desalarlo para que recuperara su textura, y a partir de ahí, una gran creatividad para conseguir las mejores recetas.
 
Al margen de su interés alimenticio, el pescado seco llegó a tener un interés religioso: algunas creencias imponían restricciones temporales al consumo de carnes, y en esas épocas eran sustituidas por pescado seco traído de lugares lejanos, fácil de transportar y de conservar.



En las Pitiusas, un pequeño archipiélago (Ibiza, Formentera y algunos islotes) dentro de las Islas Baleares, se mantiene una tradición secular con detalles propios, convertida ya en un importante reclamo turístico, cultural y gastronómico.  

Formentera es una pequeña isla de 83 km.2 con poco más de 12.000 habitantes, que mantiene su tradición bajo un nombre propio, Peixsec. La pesca se realiza de forma artesanal desde una barca de madera (llaut) de 7 m. de eslora. Las capturas (rayas, musolas o cazón)  siempre son de tamaño adulto, algunos hasta de 30 kg. de peso. Se mantienen en hielo 48 horas (para destruir posibles parásitos). Siempre se escogen especies que tengan cartílago, que se procesan mucho mejor que las que tienen espinas.


Manel Royo, fotógrafo y visitante habitual de las islas ha contactado con los que mantienen viva la tradición en Ibiza para la realización de este reportaje. 


Texto completo en la sección Cajón de Buzo de la edición 196 de la revista Acusub: Acusub 196 
Pulpos secándose en Ibiza -1980

martes, 14 de mayo de 2019

Kraken


Según las tradiciones noruegas, el kraken es un calamar o pulpo gigante que vive en las profundidades marinas y  se entretiene apareciendo de súbito para atrapar barcos enteros y llevárselos al fondo. Su nombre deriva de krake, del idioma escandinavo, que significa enfermizo y retorcido. En alemán significa pulpo.
 
Como todas las leyendas, en el fondo de ésta también hay un poso de realidad. Existen calamares de dimensiones notables, algunos avistamientos aseguran que sobrepasan los 30 metros, y se han encontrado tentáculos en los estómagos de algunos cachalotes que coinciden con esas medidas.

El zoólogo norteamericano Addison Emery Verrill (1839- 1926) estudió en profundidad una veintena de grandes cefalópodos que aparecieron varados en Terranova entre 1871 y 1876. Dejó anotado sobre el mayor de ellos: “sus ojos parecían tambores de 40 cm. de diámetro, su pico medía no menos de 20 cm. de longitud y sus ventosas, seis centímetros. Pesaba cerca de 30 toneladas”. 

Texto completo en la sección Cajón de Buzo de la edición 195 de la revista digital Acusub. Para descargarla libremente: Acusub 195





lunes, 22 de abril de 2019

De Maumere a Kalabahi a bordo del Oceanic (y III)



 Tercera y última parte del reportaje sobre el viaje del fotógrafo Josep Loaso a bordo del yate Oceanic que inauguró una de las rutas de más éxito de la compañía. 

El barco Oceanic seguía ruta desde Maumere hasta el que sería su punto más lejano, Kalabahi, en el estrecho de Alor. Un total de 9 días de viaje en los que Josep Loaso pudo realizar 31 inmersiones a todas las horas del día, desde poco después del amanecer hasta impresionantes nocturnas, cada una con su encanto especial. Lo que más le impresionó de Alor fue la diversidad del relieve submarino y la claridad de sus aguas.

El estrecho de Alor separa la isla de Alor de la isla de Pantar (el archipiélago de Solor del de Alor), en el sur de Indonesia; cruzándolo se llega a la parte occidental de la isla de Timor. Las características de la zona hacen que las mareas sean notables y consigan  fuertes corrientes de ida y vuelta.

Texto completo en la edición 194 de la revista Acusub: Acusub 194