lunes, 22 de abril de 2019

A vista de pez


Los ojos permiten a los peces ver lo que les rodea. Pero cuando viven  a grandes profundidades o en entornos turbios, sus ojos han desarrollado unas células capaces de distinguir los colores que  no se ven con la luz del sol, los que están en la gama de los ultravioletas y los infrarrojos.  

Esa también es la causa de que hayan desarrollado unos patrones en su piel en esos tonos, que activan a voluntad y que sólo son visibles por sus congéneres, evitando que los vean los depredadores. 

Y por si no fuera suficiente adaptación, otros peces han desarrollado biofluorescencia, un patrón luminoso (no es bioluminiscencia) que siempre está activo y se ve en la oscuridad absoluta. 

Texto completo en la sección Cajón de Buzo de la edición 194 de la revista Acusub: Acusub 194.


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