sábado, 29 de enero de 2022

Vida sorprendente en Lembeh (I)


Indonesia es un país de 17.000 islas. Una de ellas es Lembeh, a 13.000 km. de España. Es de origen volcánico, con playas de arena negra junto a otras blanquísimas y una vegetación exuberante en sus 25 km. de largo. Lo que la ha hecho famosa es el estrecho de 12 km. que la separa de Sulawesi
Ese espacio alberga una vida marina sorprendente, colorida y de formas extrañas, un destino único para los fotógrafos submarinos. Hay miles de seres diversos, además de caballitos de mar pigmeos y muchos peces rana, incluidos los peludos. 

Un viaje que captó con sensibilidad y maestría el fotógrafo Josep Loaso, especializado en imágenes de naturaleza y submarinas. Josep paseó su equipo por Batu Merah (La Piedra Roja), estuvo en Pante Parigi, vio gorgonias amarillas en Nudi Falls, hizo inmersiones nocturnas en Teluk Kembahu, donde reina el pez rata, las polillas de mar, los peces pipa fantasma y el pez sapo de Lembeh

También visitó el pecio Mawali, un carguero japonés de 60 m. hundido en la II Guerra mundial. Después de 20 inmersiones, la memoria de la cámara de Loaso llevaba más de 2.000 fotos. Por las condiciones de sus fondos es un lugar muy popular para los practicantes del muck-diving, el buceo en zonas de lodo que se alternan con extensos arenales. 
La temperatura de la zona y las corrientes, que aportan permanentemente nutrientes, han creado una gran variedad de formas de vida, de la que se han descubierto 180 nuevas especies en los últimos años. 

Los detalles del viaje y las imágenes de los pequeños seres que Josep Loaso captó conformaron la primera parte del reportaje que publiqué en la revista Acusub 203. Para descargarla libremente: Acusub 203



sábado, 22 de enero de 2022

Open Water, la película

Tom y Eileen Lonergan
En 1998, Tom y Eileen Lonergan, hicieron una inmersión de buceo en la Gran Barrera de Arrecifes australiana, famosa por su gran colorido y la enorma variedad de peces que alberga. Acabada la inmersión, el barco volvió a tierra, pero los Lonergan no estaban a bordo. Nunca más han aparecido. Su historia sirvió de base para la película Open Water.

Barco de la inmersión
Eran buceadores expertos, iban a bordo del barco Outer Edge con 24 buceadores más. Pese a que la inmersión fue el 25, hasta dos días después nadie notó su ausencia. Geoffrey Nairn, el patrón del barco, encontró sus efectos personales en el cubo de los objetos perdidos, incluyendo el pasaporte y la billetera. Investigando para devolvérselas, llamó al Gone Walkabout Hostel donde se alojaban, descubriendo que habían desaparecido. 

A partir de ese momento se desplegó un dispositivo de búsqueda por aire y mar durante tres días. Nunca se encontraron.

Actores
Basándose en el relato real de los Lonergan, el director norteamericano  Chris Kentis dirigió Open Water, una película de bajo presupuesto (120.000$) estrenada en 2003 que especulaba con lo que pasó en el agua.

Petición de socorro
Una de las cosas destacables de la película es su ambientación real, ya que los actores rodaron las escenas con tiburones de verdad y sin  jaula. Llevaban malla de acero bajo el traje de neopreno y no hubo ningún incidente. Aún así, la actriz protagonista comentó: “No sé qué es peor, si verlos o no verlos”.

Después del caso de los Lonergan, el gobierno australiano de Queensland introdujo regulaciones estrictas para la práctica del buceo, exigiendo que capitanes de barco y directores de buceo confirmasen de forma independiente cada recuento de participantes.
Las características del suceso real, la filmación de la película y la existencia de otros casos parecidos formaron un reportaje que publiqué en la revista Acusub 203. Para descargarla libremente: Acusub 203



domingo, 16 de enero de 2022

Bell Rock, el faro construido sobre el mar


El faro más antiguo del mundo construido en medio del mar y todavía en funcionamiento es
Bell Rock (Roca de la Campana). Está a 18 km. mar adentro, frente Escocia en el arrecife de Inchcap, en la costa de Arbroath, cerca del estuario del rio Forth.

El arrecife sobresale sólo 1,5 m. en marea baja. Cuando sube la marea alta queda sumergido 5 m. 

Ese lugar es un serio peligro para la navegación: en 1799 un temporal hundió 70 embarcaciones y después el parlamento británico dio permiso en 1806 para construir un faro. Se construyó entre 1807 y 1810. 
Puerta de entrada vista desde una ventana.

Cuenta una leyenda que el nombre del lugar se le debe al abad de Arbroath, que instaló una campana sobre  una roca que accionaba el propio oleaje, para avisar del peligro a los navegantes. 

Sin embargo, la campana del abad duró poco: antes de un año la había robado un pirata holandés.



Los planos del faro fueron obra de  Robert Stevenson (el abuelo del autor de La Isla del Tesoro), y tuvieron todas las dificultades posibles. Para empezar, sólo se podía trabajar en seco en verano, y únicamente un par de horas al día, durante la marea baja.

En los dos primeros años sólo se pudo trabajar 300 horas, en jornadas de 10 horas laborables. Los obreros que lo construyeron vivían en el Pharos, un barco de tres mástiles fondeado a dos millas del arrecife que además servía de faro provisional, para lo que se le instalaron faroles en los mástiles.

La manera de construirlo, las curiosidades históricas y todo el proceso fue publicado en la revista Acusub 202. 

Para descargarla libremente: Acusub 202



miércoles, 5 de enero de 2022

Las salinas de Ibiza, un negocio milenario


Los fenicios llegaron a la isla en el s. VIII y crearon las primeras salinas. Luego la conquistaron los cartagineses (540 aC) y siguieron con el comercio de la sal. 

Los romanos aparecieron en el año 122 aC, se apoderaron de la isla, manipularon los precios de la sal para financiar las guerras púnicas y siguieron con el negocio hasta el año 476 dC.

No acabaron las visitas: vándalos, bizantinos… la llegada de los árabes en el 902 dC supuso un revulsivo, al retomar los métodos de los cartagineses. La Reconquista de 1235 llevó nuevas técnicas, mejoró la calidad y la distribución, y los beneficios se repartieron entre Guillem de Montgrí, Nunó Sanç y Pedro de Portugal.


Los carros cargados de sal llegaban a la playa, donde se había habilitado el diminuto puerto de Sa Canal; desde allí, la sal ibicenca llegaba a los puertos de Dinamarca, país que sigue importándola hoy para la salazón de su pescado y para evitar el hielo de sus carreteras. Históricamente existieron tres puntos de embarque (carregadors), aunque Es Cavallet y Sal Rossa ya son sólo ruinas.


Siendo la sal un bien económico, las salinas también necesitaban defensa. La torre de Ses Portes, del s. XVIII, defendía la producción de las salinas tanto como la vida de los trabajadores de las incursiones de ladrones y piratas. La extracción de la sal era la forma de vida de la mayoría de la población de la isla, y su existencia marcaba la vida de todos los ibicencos.

La historia completa, con anécdotas y datos históricos, fue publicada en la sección Cajón de Buzo de la edición 201 de la revista Acusub. 

Para descargarla libremente: Acusub 201