Los
años 30 del siglo veinte fueron una época convulsa. La información llegaba a la
gente a través de los medios, y a éstos a través de diversos canales. Los
periodistas ejercían su oficio como mejor podían o con la ayuda de personas
dispuestas a contar algún delito a cambio de algún beneficio.
En
este ambiente se movía el periodista francés Albert Londres, nacido en Vichy en 1884. Hombre de principios, fue
muy crítico con el colonialismo de la época y sus abusos, como las condenas a
trabajos forzados, que consideraba inhumanas. Sus textos siempre fueron
comprometidos, con un estilo irónico y mordaz; publicados como pequeños libros tuvieron mucho éxito y llegaron a causar efecto en algunas esferas de poder.
Siguiendo
sus investigaciones estuvo un año en Indochina, buscando información sobre la trata de blancas,
la esclavitud colonial y el tráfico de armas. Consiguió la suficiente como para crear un gran revuelo en París, y estaba amenazado de muerte. Volvía embarcado en el Georges Philippar cuando un extraño
incendio consumió el barco. Nunca se encontró su cuerpo ni sus documentos.

Los
amigos que viajaban con él, a los que había entregado algunos papeles,
sobrevivieron al naufragio pero fallecieron en un extraño accidente del avión privado (enviado por el diario con el que colaboraba Londres) que los llevaba
de vuelta a París. Se habló de sabotaje, nunca quedó aclarado y al día de hoy
todavía hay investigadores buscando las
tramas de los grandes señores de la guerra….
En recuerdo a su trabajo y como pequeño homenaje, el dibujante belga Hergé creó el personaje de Tintín inspirado en sus aventuras y sus descubrimientos.
Texto
completo en el Cajón de Buzo de la edición 197 de la revista Acusub 197: Acusub 197