La tradición japonesa asegura que la
actividad de sus buceadoras ama (“mujeres
del mar”), también llamadas uminchu o
kaito (según la zona) tiene más de
2.000 años de antigüedad, y que su existencia ya consta en el Gishi Wajinden, escrito en el 286 aC. En
Corea, el buceo de las mujeres haenyeo
está registrado desde el año 434.
La actividad nació cerca de la costa mientras
sus maridos pescaban mar adentro. Recogían holoturias, abulones, caracolas,
algas, las secaban, las vendían en el mercado, decidían el precio, eran
independientes y respetadas. Fueron un pilar de la economía del país: en la
década de 1960 trabajaban en las costas de Japón y Corea unas 30.000
buceadoras.
La leyenda asegura que las buceadoras ama fueron en su origen gitanos
marineros. En los años 50, el fotógrafo Fosco
Maraini realizó un largo reportaje sobre sus actividades, su día a día y
sus habilidades, en una colección que sigue siendo un referente único. Vinculadas
posteriormente a la recolección de perlas, su aureola de adaptación añadía un
valor romántico a las joyas.
Texto completo en la sección Cajón de Buzo de la edición 200 de la revista Acusub. Para descargarla libremente: Acusub 200