miércoles, 5 de enero de 2022

Las salinas de Ibiza, un negocio milenario


Los fenicios llegaron a la isla en el s. VIII y crearon las primeras salinas. Luego la conquistaron los cartagineses (540 aC) y siguieron con el comercio de la sal. 

Los romanos aparecieron en el año 122 aC, se apoderaron de la isla, manipularon los precios de la sal para financiar las guerras púnicas y siguieron con el negocio hasta el año 476 dC.

No acabaron las visitas: vándalos, bizantinos… la llegada de los árabes en el 902 dC supuso un revulsivo, al retomar los métodos de los cartagineses. La Reconquista de 1235 llevó nuevas técnicas, mejoró la calidad y la distribución, y los beneficios se repartieron entre Guillem de Montgrí, Nunó Sanç y Pedro de Portugal.


Los carros cargados de sal llegaban a la playa, donde se había habilitado el diminuto puerto de Sa Canal; desde allí, la sal ibicenca llegaba a los puertos de Dinamarca, país que sigue importándola hoy para la salazón de su pescado y para evitar el hielo de sus carreteras. Históricamente existieron tres puntos de embarque (carregadors), aunque Es Cavallet y Sal Rossa ya son sólo ruinas.


Siendo la sal un bien económico, las salinas también necesitaban defensa. La torre de Ses Portes, del s. XVIII, defendía la producción de las salinas tanto como la vida de los trabajadores de las incursiones de ladrones y piratas. La extracción de la sal era la forma de vida de la mayoría de la población de la isla, y su existencia marcaba la vida de todos los ibicencos.

La historia completa, con anécdotas y datos históricos, fue publicada en la sección Cajón de Buzo de la edición 201 de la revista Acusub. 

Para descargarla libremente: Acusub 201



No hay comentarios:

Publicar un comentario