Ese lugar es un serio
peligro para la navegación: en 1799 un temporal hundió 70 embarcaciones y después
el parlamento británico dio permiso en 1806 para construir un faro. Se
construyó entre 1807 y 1810.
Los planos del faro fueron obra de Robert
Stevenson (el abuelo del autor de La
Isla del Tesoro), y tuvieron todas las dificultades posibles. Para empezar,
sólo se podía trabajar en seco en verano, y únicamente un par de horas al día, durante
la marea baja.
Puerta de entrada vista desde una ventana. |
Cuenta una leyenda que el nombre del lugar se le debe al abad de Arbroath, que instaló una campana sobre una roca que accionaba el propio oleaje, para avisar del peligro a los navegantes.
Sin
embargo, la campana del abad duró poco: antes de un año la había robado un
pirata holandés.
En los dos primeros años sólo se pudo trabajar 300 horas, en jornadas de 10 horas laborables. Los obreros que lo construyeron vivían en el Pharos, un barco de tres mástiles fondeado a dos millas del arrecife que además servía de faro provisional, para lo que se le instalaron faroles en los mástiles.
La manera de construirlo, las curiosidades históricas y todo el proceso fue publicado en la revista Acusub 202.
Para descargarla libremente: Acusub 202
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