Para el cambio de turno subían directamente a superficie. Muchos caían desvanecidos al momento y otros tenían dolores y postraciones que les durarían toda la vida. Los médicos tardaron tiempo en asociar la velocidad de ascenso con los problemas de descompresión, y en ordenar que el ascenso fuera más lento para evitar "la enfermedad del cajón".
Texto completo en la sección Cajón de Buzo de la edición 168 de la revista Acusub: Acusub 168
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