La catedral de Winchester se levantó sobre cientos de troncos como pilares en un terreno de turba pantanosa, y con los siglos se resquebrajó y se hundía. Era imprescindible cambiar los pilares, a riesgo de que la catedral entera colapsara. Se consultó a un arquitecto y se contrató a un buzo, William Walker, que hizo inmersión en los cimientos inundados, seis horas al día, durante seis años, para salvar la catedral.
La historia completa está en la sección Cajón de Buzo de la edición 164 de la revista Acusub: Acusub 164
Esta interesantísima historia me va a gustar escuchártela contar... Comentario de Rol Freeman en Facebook. Comentario añadido de "me gusta" por parte de Monica Alonso.
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