viernes, 18 de agosto de 2023

Bucear en ciudades sumergidas del Mediterráneo


El mar Mediterráneo (“en medio de tierras”)
ha sido lugar común de cientos de culturas a lo largo de la Historia, espacio de comercio y de guerras, de intercambios y de atropellos. Desde Europa a África, desde Oriente a las columnas de Hércules, el actual estrecho de Gibraltar. 

En ese estrecho las leyendas romanas colocaban dos columnas, una en Europa y otra en África, que marcaba el fin del mundo conocido. Más allá estaban las aguas sin fin, llenas de monstruos y peligros. Hacia dentro, el mar que ellos mismos llamaban Mare Nostrum (“nuestro mar”).

Con tanta vida y movimiento en sus aguas, todas las culturas asentaron ciudades en sus orillas. Algunas de ellas acabaron bajo las aguas por terremotos, tsunamis o hundimiento geológico del terreno. Y quedaron durmiendo durante siglos, hasta que los nuevos tiempos y las nuevas tecnologías las despertaron como lugar de destino para interesantes inmersiones de buceo.

En Grecia, Pavlopetri

Pavlopetri: Recreación de las ruinas
Pavlopetri era una ciudad próspera de Laconia, en el Peloponeso, la costa sur de Grecia. Situada sobre el cabo Malea, son fácilmente visibles unos quince edificios a unos cuatro metros de profundidad, en la bahía Vatika. Cercana a la isla de Elafónisos, fue levantada en los tiempos de la Ilíada. Cuenta con carreteras, dos casas con jardines, templos, un cementerio, canales para el abastecimiento de agua y alcantarillado. En el centro de la ciudad hay una plaza de 40 metros de ancho y en un edificio hay doce habitaciones. Abarcaba 4.047 m2. Se han encontrado estatuas y utensilios cotidianos.


Las ruinas más antiguas demuestran que la ciudad estaba habitada en el 2800 aC, en el periodo micénico de la Edad de Bronce. Los historiadores creen que era un centro comercial floreciente entre las civilizaciones minoica y micena, con una población cercana a los 2.000 habitantes. Debió tener una importante fabricación textil a juzgar por la cantidad de contrapesos de telares encontrados.

El geólogo marino Nicholas Fleming las descubrió en 1968. Fueron analizadas con sónar en 2009 dentro de una programa de colaboración entre el ministerio heleno de Cultura y la Universidad de Nottingham, en Inglaterra. Jon Henderson, del departamento de Arqueología Submarina de la universidad británica declaró que “es el único lugar en el que hemos encontrado una ciudad casi completa, con calles y edificios. Por ser un puerto marítimo muestra cómo se desarrollaba ese comercio en la Edad de Bronce”. Las evidencias indican que su máximo esplendor se dio entre 1700 y 1500 aC.

Pavlopetri: Recreación del poblado
Era una sociedad con gentes de distintas profesiones, funcionarios, escribas, mercaderes, artesanos, soldados y probablemente esclavos. Comerciaba con Creta y copiaba diseños de cerámica de otros lugares. Al parecer, se hundió en el año 1000 aC a consecuencia de un terremoto. Pese a la erosión del tiempo, mantiene su diseño original, aunque el yacimiento está siendo dañado por anclas, turistas y cazadores de recuerdos.

 


Video que recrea en 3D la ciudad de Pavlopetri (inglés, 8’): https://youtu.be/f6vvBzAvN0w 

Documental sobre la ciudad sumergida. BBC. (inglés, 49’) https://youtu.be/JAdwADZorso

En Italia, Bayas, Portus Iulius y Protiro

Bayas: Campos Flegreos
Frente a la ciudad de Nápoles, en el golfo que lleva su mismo nombre, se observaron en unas fotografías aéreas de 1940 los restos sumergidos de una villa romana. Fue un descubrimiento del piloto y fotógrafo Raimondo Baucher, y se encontraban a 23 km. al norte de Nápoles. Causaron gran revuelo por estar relativamente cerca de Pompeya y Herculano, por si también habían sido víctimas de la erupción del volcán Vesubio del año 79.

Las investigaciones demostraron que la zona se había ido hundiendo progresivamente debido a la isostasia que afecta la zona de los campos Flégreos: es un fenómeno geológico que afecta al equilibrio entre la corteza terrestre y el manto profundo debido a diferencias de densidad, y que conlleva un hundimiento paulatino. Desapareció gran parte de la costa entre Pozzuoli (Puteoli) y Cumas. 

Bayas: Columnas
En el año 37 aC se construyó en el golfo Pozzuoli el complejo portuario Portus Iulius, que debía albergar a la armada romana, y que debe su nombre al emperador Augusto, que cambió su nombre por el de Cayo Julio César Octaviano al ser adoptado por Julio Cesar. El muelle, de 371 metros, llegaba hasta Punta Epitafio y delimitaba dos puertos, el Iacus Avernus y el Iacus Locrinus. La zona de Bayas también se cerró para formar el tercero, Baianus Iacus. Fue alrededor de este último donde se construyeron las villas residenciales. Estuvo en uso hasta el siglo IV. 

En 1959 y basándose en las fotografías de Baucher, Nino Lambolia (precursor de la arqueología subacuática italiana) realizó las primeras prospecciones en el punto de la punta Epitafio donde habían aparecido algunos restos durante la urbanización de la zona portuaria. A seis metros ya encontraron una calle enlosada que seguía hacia el fondo. En 1969 la marea destapó dos estatuas de mármol que parecían estar relacionadas con el timonel Bayo, un personaje de la Odisea de Homero que dio nombre a la ciudad de Bayas.

Bayas: Estatua
En 1980 ya se realizaron excavaciones arqueológicas que descubrieron unas termas con un ninfeo (sala de banquetes) de la época del emperador Claudio (años 41-54). Era una planta rectangular con un ábside, de donde eran las primeras estatuas sacadas del agua, y varios nichos con otras estatuas y paredes de mármol policromado.

Otra estancia descubierta fue la villa de los Pisones, de unos 2.000 m2. Situada a 150 metros de la costa y a 8 metros de profundidad, fue construida a finales del siglo I aC. Tenía diferentes estancias termales que tomaban el agua directamente de manantiales sulfurosos subterráneos. Estaban situadas alrededor de un jardín porticado; la zona abierta al mar se distribuía en terrazas. El nombre de esa familia figura en sellos de plomo encontrados en las tuberías, lo que permitió identificar la construcción como propiedad de Cayo Calpurnio Pisón. Históricamente, fue el lugar donde se tramó la conjura contra el emperador Nerón. El emperador confiscó la propiedad y la remodeló. Años después, en el 138, el emperador Adriano falleció en sus instalaciones.

Buzos extraen una estatua de Bayas (1969)

En el año 39 el astrólogo Trasilo de Mendes predijo que Calígula tenías las mismas posibilidades de ser emperador que de cruzar el golfo de Bayas a caballo. Calígula hizo construir en Bayas un pontón de 5 km. con barcas unidas con tablas y niveladas con arena. Y lo recorrió en su caballo. El historiador Dion Casio aseguró que hizo levantar sobre el puente algunas habitaciones con agua potable para descansar. En el s. XVIII todavía se mostraba a los turistas los restos del puente Calígula.

Al parecer, la zona era lugar de ocio y orgías, cubículo de libertinaje y vicio, según el historiador  Sexto Propercio, torbellino de lujo y puerto del vicio, según Séneca. Se celebraban legendarias fiestas en la playa famosas en todo el imperio, así como competiciones de bebedores.

Bayas: Portus Iulius
En la misma zona de Bayas, al final de una calle de tabernas, se llegaba a la villa de Protiro, con vistas al Baianus Iacus, y que hoy yace a 6 metros de profundidad. Los arqueólogos la denominaron así porque tenía un pórtico columnado frente a la puerta (pro thyra). Tiene estancias decoradas con figuras mitológicas, mosaicos geométricos y revestimientos de mármol. Bordeaba un canal de más de 200 metros y probablemente hacia el final había construcciones similares, pero han sido destruidas por las actividades portuarias y de fondeo.

Bayas funcionó hasta las invasiones bárbaras, y se alargó hasta el siglo VIII, cuando los musulmanes la arrasaron. Federico II de Suabia todavía aprovechaba las aguas de la zona en el siglo XIII; una plaga de malaria en 1500 propició que se abandonara definitivamente lo que quedaba de la ciudad. Pietro di Toledo construyó en el siglo XVI un castillo para Carlos V sobre las ruinas del palacio imperial romano. Durante el siglo XVI los terremotos y la actividad volcánica sumergieron la mayor parte de la ciudad, que hoy constituye un parque arqueológico subacuático.

Bayas Video 12’: https://www.youtube.com/watch?v=p9R0dCfznHk

Bayas Documental  45’ : https://www.youtube.com/watch?v=65bvY5daFAg

En Egipto, Heracleion

En la bahía de Abu Qir, en el delta del Nilo, cerca de Alejandría, se ubicaba la ciudad egipcia de Heracleion. Hoy yace a 2,5 km. de la costa y a 10 metros bajo el mar. Cuentan las leyendas que se levantó hace más de 3.000 años, en el siglo XII aC. El nombre Heracleion se debe a que fue el primer lugar que pisó el dios Heracles, y sustituyó al nombre egipcio original, Thonis. Era el punto donde se detuvieron Paris y Helena huyendo de Menelao, antes de la guerra de Troya. 

Se menciona en los textos griegos, y llegó a ser el mayor puerto de comercio internacional y recaudación de impuestos durante el último periodo de los grandes faraones egipcios. Era donde se celebraban anualmente los misterios de Osiris durante 18 días en el mes de Khoiak, en primavera. El dios era llevado en procesión desde el templo de Amun al santuario de Canopo.

El máximo auge de la ciudad se dio en los siglos VI a IV aC. Comenzó su decadencia con el fin de los faraones y la conquista de Egipto por parte de Alejandro Magno, en el siglo III aC. Ahí comenzó el periodo helenístico y la fuerza comercial fue trasladada a Alejandría.

Heracleion se construyó sobre varios islotes del delta del Nilo, y se comunicaba entre sí por canales. Se hundió probablemente en el siglo II aC a causa de la licuefacción de los limos que formaban su base debido a fuertes temblores del terreno. Los restos de la ciudad fueron identificados por el arqueólogo francés Franck Goddio en el año 2000. Fue una sorpresa: él buscaba un barco de Napoleón hundido en 1798.


Goddio
  y su equipo de arqueólogos del Instituto Europeo de Arqueología Submarina (IEASM) encontraron una ciudad entera que se extendía en una zona de dos kilómetros de largo y uno de ancho.  Además de las ruinas, hallaron estatuas, bronces, vasijas ceremoniales, monedas y joyas. Pero el gran descubrimiento arqueológico fueron los restos de 70 naufragios antiguos.

Heracleion: restos de embarcaciones
De esas 70 embarcaciones, la clasificada con el número 17 resultó ser un modelo que siempre se había considerado un mito inexistente: un bari. Era un gran barco de carga descrito por el historiador Herodoto en el siglo V aC. Medía 28 metros de eslora, algo gigantesco para la época, con un diseño apropiado para navegar en esa zona del Nilo. También se identificó una barcaza sagrada, que se supone fue empleada en los misterios de Osiris. Los arqueólogos creen que algunos barcos fueron hundidos como ofrenda a los dioses. En la zona fueron localizadas también más de 700 anclas enterradas en el lodo.

Apareció una gran estela de granito cubierta por jeroglíficos, más antigua que la conocida Rosetta. La arqueóloga marítima Lucy Blue explicó que “Era un decreto público instalado en el centro de la ciudad, que quedó enterrado e intacto durante más de 2.000 años. Detalla los impuestos que se cobraban a los barcos que llegaban del extranjero”.

Otro hallazgo singular fue un Naus, una piedra instalada en el centro sagrado del templo en el que constan grabados los derechos dinásticos que cada faraón tenía que realizar para legitimar su poder. Goddio comentó que “El faraón tenía que entrar en este templo para recibir del propio dios supremo Amón el titulo de su poder”.

Las arcillas inestables del Nilo que hundieron la ciudad también fueron los que la conservaron en tan buen estado.

Documental de la BBC (43`): https://www.youtube.com/watch?v=zn8wjloWpt0

En Turquía, Kekova

En la zona de Licia, en la costa turca, se ubica Simena. Toda la zona recibe el nombre turco de “kekova” (llano de tomillo). La zona de Tersane (astillero) tiene ruinas bizantinas, hay una necrópolis en Simena y Teimussa y una pequeña isla, Kekova, también llamada Caravola o Dolichiste, con una ciudad sumergida.

La ciudad sumergida está frente a Antalya Demre, y quedó bajo las aguas  como consecuencia de los grandes terremotos que sufrió la zona en el siglo II. La ciudad en sí se va desarrollando desde la ladera de la montaña hasta el fondo del mar, a una profundidad de 25 metros. Las ruinas sumergidas, a 30 metros de la orilla, están cubiertas por arena debido a las corrientes de la zona, y bastante deterioradas por la acción de los cazadores de tesoros.

La ciudad, que llegó a medir 4,5 km2, empezó siendo un pequeño pueblo de pescadores. Se desarrolló en dos partes, una en la isla y otra enfrente, en la zona peninsular que hoy está deshabitada, aunque a principios del siglo XX se ocupaba de forma temporal en verano para la cosecha de madera. Fue apropiada por los italianos y se entabló un conflicto diplomático entre los dos países, que finalizó con la Convención de 1932 entre Turquía  e Italia, que la asignó al primero.

Las ruinas de la parte continental, Kaleköy (castillo de la ciudad) se mezclan con ruinas anteriores de los antiguos licianos. Están dominadas por un castillo bien conservado levantado por los Caballeros de Rodas, que lo convirtieron en un puesto de avance. El interior del castillo acoge uno de los más pequeños anfiteatros de Licia.

Uno de los reclamos turísticos de las ruinas son las escaleras que desde la costa entran en el mar, restos de las antiguas instalaciones portuarias.

Video (6’): https://www.youtube.com/watch?v=9Mm3F0vuuXU

En Francia, La Fourmigue

El encanto de esta ciudad… es que no lo es. La Fourmigue es una reproducción en miniatura de una ciudad, sumergida frente al cabo de Antibes, cerca de Cannes, en la costa azul francesa.

A 30 metros de profundidad y extendida a lo largo de 1.000 m2 frente al faro de La Fourmigue, cuenta con casas  y edificios de un metro de altura, iglesia, plaza, anfiteatro, hotel, peluquería, estatuas… y la oficina de un abogado.

Era el decorado para la película animada L’enfant et la Sirene (El niño y la sirena), dirigida por Néjad Atzamba y planteada de forma que revolucionaría el cine de animación enfrentándose a la factoría Disney, pero que al final no se pudo acabar. Se construyó entre 1963 y 1965, ha sufrido daños por cazadores de recuerdos y posteriormente formó parte de un proyecto para revitalizar la zona y convertirlo en un reclamo turístico de buceo.

Las casas, construidas con arcilla y cemento, fueron sacadas del fondo, restauradas, redecoradas y fijadas en bloques con celdillas para que también sirvan de refugio a los seres marinos.

Video de la inmersión (5’): https://youtu.be/vbHd_uxJJKw


--Este reportaje fue publicado en la revista digital Acusub 208, dentro de la sección Cajón de buzo. Para descargarla libremente: Acusub 208

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